Plaza cultural

Para diseñar esta plaza se partió desde el reconocimiento de líneas de flujos existentes desde la carrera 13 hasta el Teatro Libre y desde los pasajes comerciales hasta la plaza existente, con base en estos trazos se establecieron las zonas de circulación, que a su vez dividieron las zonas de permanencia en tres sectores:  el teatro exterior,  una zona recogida de menor tráfico; la galería al aire libre, la zona central de la plaza; la calle, la zona más relacionada con los comercios de la calle 62. De este modo, se buscó demarcar la diferencia de usos a través del material de piso, utilizando basalto color negro para las zonas de circulación y granito de distintos grises para las zonas de permanencia, empleando piezas alargadas de 40x160cm. Finalmente, se buscó resaltar la direccionalidad de las líneas de flujos por medio del manejo de los niveles y líneas de piso demarcadas por el material, resolviendo la diferencia de 4 metros de altura entre un extremo y otro por medio de terrazas y rampas.