PAEZ + CASTRO​

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El pabellón se realizó alrededor del árbol Chicala. Se deben estar preguntando por qué este y no otro ya que hay tanta diversidad en el jardín botánico. Pues bien, lo que nos llamó la atención de este árbol fue: que al florecer el árbol se torna amarillo dejando atrás el color característico de los arboles, el verde. También en cierta parte de la temporada el árbol comienza a perder sus flores, dejando en el piso un gran tapete amarillo que enmarca el tronco del árbol, en otras palabras, es un árbol que se destaca y resalta sacándolo del contexto por sus colores llamativos.

 

Nuestra propuesta se centra en esconder el árbol para que de cierta manera el espectador al recorrer el pabellón pueda descubrir lo que hay detrás de una gran mancha verde. De tal modo, el árbol se convierte en un premio a los ojos del usuario generando un recorrido netamente de contemplación entorno al chicalá.